Hoy te traigo una receta que espero conozcas. Si ya la vienes haciendo con regularidad, te doy mi enhorabuena por saber cuidarte, seguro que aquí puedes encontrar alguna sugerencia o al menos conocer mejor la bondades de sus ingredientes; si te suena de algo pero todavía no te has decidido a probarla en casa, ahora es el momento (por algo estás leyendo este blog) y te animo a que la prepares en cuanto reúnas los ingredientes básicos.
La sopa de miso es un plato muy simple de hacer y es fundamental en la dieta japonesa. De hecho allí se toma casi a diario, incluso para desayunar. Es reconfortante especialmente ahora en invierno; el autor Junichiro Tanizaki rememora en su libro «El elogio de la sombra» la sensación de sostener entre sus manos el peso de una sopa de miso contenida dentro de un ligero cuenco de madera mientras observaba cómo el blanquecino caldo de miso emergía enturbiado sobre el oscuro fondo de laca negra del cuenco. Pura poesía para un plato que nos invita a la relajación y contemplación, para reconfortarnos en cuerpo y alma.
Y después de esta breve introducción te indico los ingrediente básicos de esta nutritiva sopa: caldo dashi que se elabora con alga kombu y copos de bonito seco , (aunque casi siempre lo sustituyo por agua y alga wakame) miso, tofu y alguna verdura.
Si no conoces bien el miso o el tofu, te voy a contar algo sobre ellos.
EL MISO: Para no extenderme mucho, te incluyo el enlace al blog de Patricia Restrepo . Aquí verás un artículo muy completo sobre este ingrediente. A modo de resumen te cuento que se elabora a partir de habas de soja fermentadas y tienes varias versiones: con cebada (mugi miso) con arroz (genmai miso) o sólo soja fermentada por tres años (hatcho miso). Busca en los herborarios que sea miso NO pasteurizado y a la hora de cocinarlo recuerda que se añade en los guisos al final, sin llegar a hacerlo hervir: al ser un fermentado, se trata de un alimento «vivo» que nos aporta enzimas que mejoran la digestión y ayudan a repoblar la microbiota intestinal. Te diré que desde hace años este ingrediente no falta en mi cocina.
EL TOFU: Se elabora también a partir de habas de soja y es un alimento básico en muchos países asiáticos. Tiene una gran cantidad de proteínas, es rico en minerales y vitaminas, tiene grasas saludables y aporta isoflavonas (fitoestrógenos) que ayudan a regular el estado hormonal en las mujeres sobre todo en la menopausia. Con estas propiedades, su consumo ayuda a prevenir la osteoporosis, a reducir el colesterol y a estabilizar los niveles de glucosa, entre otros beneficios. En la cocina ofrece muchas posibilidades. No aporta demasiado sabor pero su textura (suave, blanda, esponjosa) absorbe los aromas con facilidad. Además, su sabor neutro permite usarlo en platos dulces y salados. Se comercializa tofu más o menos firme, ahumado o aromatizado con especias y plantas aromáticas. La variedad más firme puede cortarse en rebanadas o tacos, marinarlo y prepararlo a la plancha o frito. Con la variedad más tierna se preparan purés, salsas y patés y se añade en dados a las sopas y guisos.
Como siempre, te voy a indicar mi versión de esta conocida receta que admite innumerables adaptaciones. Yo simplifico la preparación del caldo dashi pero no por eso sale menos sabrosa y en 20 minutos tengo listo este plato que en invierno lo tomo varias veces por semana.

INGREDIENTES (para 4 personas)
- 900 ml de agua
- 5 gr de alga wakame seca, puesta a remojo unos minutos
- 4 cucharaditas de pasta de mugi miso
- 150 gr de tofu blando natural
- 2 setas shitake deshidratadas (o 4 shitake frescas)
- 1/2 cebolla
- 1 puerro pequeño
- 1 zanahoria
- 1 cucharada de aceite de sésamo
- 2 cucharada de salsa tamari (o soyu)
PREPARACION
Antes que nada, recuerda empezar remojando el alga wakame y las setas (al menos 15 minutos); ten en cuenta que si utilizas shitake frescas no hay que ponerlas en remojo. Prepara la verdura cortando la cebolla en medias lunas finas, el puerro y la zanahoria en rodajas finas. Calienta la cacerola donde vayas a hacer la sopa, pon el aceite de sésamo y sofríe la cebolla, el puerro y la zanahoria durante tres o cuatro minutos a fuego medio. Mientras tanto, corta el tofu en dados de un centímetro más o menos, añade el agua a la cacerola del sofrito y el tofu. Remueve y sigue añadiendo ingredientes: el alga wakame troceada y las setas fileteadas (con el agua de remojo). Cuando vuelva a hervir, baja el fuego y deja cocer siete u ocho minutos más. Ha llegado el momento de añadir la salsa tamari: Remueve bien y con el fuego al mínimo, ya puedes añadir el miso: yo lo coloco dentro de un pequeño colador metálico, lo introduzco en la cacerola y con una cuchara lo remuevo para que se deshaga la pasta poco a poco. También puedes poner la pasta de miso en un cuenco, añadirle una cazo de sopa y deshacer ahí el miso para añadirlo a la cacerola nuevamente. En cualquier caso, recuerda que el fuego debe estar al mínimo para que la sopa no siga hirviendo cuando le incorpores el miso. Déjalo un par de minutos para que todo se ligue bien y la la tienes lista para servir.

Sugerencias:
Si no dispones de alga wakame pero tienes alga nori, córtala en pequeñas tiras y espolvoréala por encima.
En cuanto a las verduras, prueba las que más te gusten: cebolla, puerros, cebolletas, zanahorias, kale, espinacas, brócoli, col, etc… pero recuerda siempre que es una sopa ligera y no necesita una gran cantidad de verduras.
Si quieres hacer plato único, sólo tienes que añadir «noodles», fideos tipo soba y tendrás algo parecido a un ramen, nutritivo y saludable.
¿Te vas a animar, verdad?
