Hola!!!
Tras unos meses de descanso, aprovechando el impulso de la primavera, retomo el blog compartiendo nuevas y sabrosas recetas:
Hoy traigo un plato con un gran abanico de posibilidades para personalizarlo a tu gusto. Lo descubrí hace unos años en un viaje por Indonesia. He visitado en un par de ocasiones esas maravillosas y lejanas tierras, y podría volver allí unas cuantas veces más. Bali, Java, Sulawesi, Kalimatán, Sumatra, Flores, etc… Hay 6000 islas pobladas por las que perderte una buena temporada, y aunque parecen similares, son realmente diferentes. La Cocina Indonesia es tan rica como su cultura y ha adquirido una gran diversidad culinaria a través de su historia: las zonas cerca de Malasia han recibido influencias indias, chinas y del Oriente Medio. Los comerciantes españoles y portugueses trajeron productos del nuevo mundo antes de que los holandeses colonizaran la mayor parte de Indonesia. Pero si en alguna cosa coincide todo el territorio, es en este plato tradicional que puedes encontrar en cualquier restaurante: el Gado Gado. Se podría describir como una «ensalada tibia de verduras con salsa de cacahuete». Es tan versátil, que puedes utilizarlo como acompañamiento a otro plato, o bien como plato principal. La puedes tomar tibia o fría, de un día para otro, en picnic, etc..
Los ingredientes empleados varían según la región, pero por regla general se utiliza una mezcla de verduras escaldadas: judías verdes, espinacas, coliflor, zanahorias, col, etc. Suele llevar también tofu, tempeh, huevo cocido, brotes de soja, patata cocida…. En una versión más occidental la puedes encontrar con verduras crudas: tomate, zanahoria, pepino, lechuga,… Se sirve a modo de ensalada con una riquísima salsa de cacahuetes por encima. A partir de este concepto, puedes ir creando la combinación de verduras que prefieras, adaptando el plato a las verduras de temporada y a tus gustos. Obviamente, la receta original emplea algunas verduras que no utilizamos en España. La versión que te traigo la he personalizado a mi gusto; pruébala y luego deja volar tu imaginación para adaptarla a ti.
Para ilustrarte un poco, te voy a hablar del CACAHUETE, que es la estrella de la salsa que hace especial este plato.
Como curiosidades, te diré que no se trata de un fruto seco, que es lo que todos pensamos, sino que a nivel botánico es una legumbre y además tiene la particularidad de desarrollarse bajo tierra: su tallo, llegado a un momento de maduración, se curva hacia abajo empujando contra el suelo la vaina, llegando a enterrarla hasta 5 centímetros.
El cacahuete o maní ya se cultivaba en la época precolombina. Era un importante alimento en el Perú de los antiguos Incas. Desde Brasil, los navegantes portugueses lo llevaron hasta la India y otras partes de Asia. También fueron los primeros en exportarlo al continente africano, donde se convirtió en un cultivo muy importante. Hoy en día, China e India son los mayores productores de cacahuete.
Aunque se incluyen en la lista de alimentos que más reacciones alérgicas producen, conviene considerar a los cacahuetes dentro de una dieta sana por su interesante aporte de proteínas y su concentración de nutrientes: son los «frutos secos» que aportan más vitamina B3, más ácido fólico y más proteínas. También son de los más calóricos (571 calorías por 100 gramos). Sin embargo, al ser en su mayoría grasas monoinsaturadas (58%) y poliinsaturadas (26%) ayudan a equilibrar las tasas de colesterol. Además aportan fibra y cantidades considerables de minerales como magnesio, cinc, fósforo, níquel (que favorece la absorción del hierro) y hierro.
Ya imaginarás que conviene consumirlo crudo, pues muchas vitaminas se pierden cuando se cuece o simplemente se tuesta.
Pues venga, vamos a la cocina. Ponte el delantal y manos a la obra…

INGREDIENTES (para 4 personas)
150 gramos de judías verdes
150 gr. de espinacas o kale
200 gramos de calabaza (sin piel, troceada)
1 boniato mediano o patata cocidos
2 cebollas medianas
100 gr. de tofu
100 gr. de tempeh macerado o 2 huevos cocidos
50 gr. de brotes de soja
3 cucharadas de aceite de sésamo
Pan de gamba
PARA LA SALSA DE CACAHUETES
200 gr. pasta de cacahuetes
200 ml. leche de coco
2 cucharadas de salsa tamari (o de soja)
1 chile rojo (o guindilla) bien picado
1 cucharadita del jugo de jengibre rallado
1 diente de ajo bien triturado
1 cucharadita de sal
media cucharada de azúcar integral
PREPARACION
Vamos a empezar por la cebolla: corta a medias lunas, prepara una sartén con el aceite y cuando esté caliente empieza a cocinar la cebolla: unos minutos a fuego medio-alto y cuando empiece a ponerse transparente, continúa media hora más a fuego bajo con tapa. Remueve cada 10 minutos más o menos. Al final, se habrá consumido mucho líquido y te quedará una sabrosa cebolla confitada.
Mientras se hace la cebolla, continuamos con la salsa. Pon en un cazo a fuego medio la leche de coco y la pasta de cacahuete y ayuda removiendo con cuchara de madera a que se mezcle bien. Ve añadiendo el resto de ingredientes removiendo con frecuencia. En unos pocos minutos ya los tendrás bien ligados. Dependiendo de cómo te gusten las salsas, si ves que se espesa demasiado, puedes añadir un poco de agua para hacerla más ligera. Reserva hasta el momento de servir.
Le toca el turno a las verduras. Calienta agua en una cacerola tapada y cuando empiece a hervir añada bastante sal e incorpora las judías verdes limpias (enjuagadas en agua y los extremos cortados). Tapa de nuevo la cacerola y deja hirviendo 5 minutos. Sácalas del agua con una espumadera grande y pásalas a un recipiente con agua helada (para detener la cocción y mantener el color) y las pasas a un escurridor. Ahora vas a escaldar las espinacas o la kale apenas 30/40 segundos. Igual que antes, las retiras del agua con una espumadera, las sumerges en agua fría y las cuelas, escurriendo bien el agua. El siguiente paso es colocar una cesta en la cacerola para cocinar al vapor la calabaza. Necesitará unos 20 minutos más o menos. Tendrás que comprobar al cabo de 13 ó 14 minutos cómo va la cocción, pues será más o menos rápido dependiendo del tamaño de los trozos que estés cocinando.
Vamos a pasar por la plancha el tofu y el tempeh macerado: corta 4 rectángulos de cada pieza y mantenlos tres o cuatro minutos por cada lado. A punto de apagar el fuego, vierte una cucharada de salsa de tamari por encima, apaga el fuego y reserva. NOTA: el tempeh macerado lo puedes comprar en herbolarios o bien macerarlo en casa.
Y por fin, ya puedes montar el plato. En una bandeja grande y más o menos plana, puedes disponer las diferentes verduras por grupos, y en un bol aparte se sirve la salsa de cacahuete. El plato se acompaña con pan de gamba.


NOTA: llevaba mucho tiempo con ganas de compartir esta receta y cuando la preparaba en casa se me olvidaba hacer fotos, por eso, para no demorar más la publicación, he decido incluir unas fotos de internet para que veáis cómo queda la receta. La primera foto la tomé cuando lo preparé de manera improvisada, por eso el resultado es distinto a la que hubiera salido con todos los ingredientes. En cuanto lo vuelva a preparar, tomaré buena fotos para sustituirlas por las actuales.
BON APETIT!!!!
Tiene muy buena pinta y parece fácil de hacer. Otra cosa es la salsa de cacahuete … tendré que practicar un poco más 😋
Gracias Ana. Me alegra saber que parece fácil. Como hay que preparar varias cosas por separado, no sabía si iba a quedar claro la elaboración. La salsa está de rechupete y se puede usar para acompañar otras preparaciones.