¡¡¡Bienvenida sea la primavera!!!
Y con esta receta, me despido del horno. Llega el momento de cambiar nuestra manera de alimentarnos: el cuerpo nos pide alimentos algo más frescos y ligeros, ensaladas prensadas, cocciones más cortas, con menos fuego. Es el momento de depurar el hígado y la vesícula biliar.
Este crumble es uno de mis pasteles favoritos para otoño-invierno y quería compartirlo cuanto antes, pero sin darme cuenta, los árboles han empezado a florecer. Y como dicen que más vale tarde que nunca…. ahí va.
El nombre de este receta lo podríamos traducir por «Crujiente de manzana», ya que la capa superior se queda suelta y crujiente. En Estados Unidos lo llaman Apple Crisp y en Gran Bretaña es Apple Crumble. Se trata de uno de los postres más famosos en estos países y a partir de la receta original se le ha ido cambiando la manzana por otras frutas, incluso los hacen salados para servirlos como entrada en una comida. Se suele servir caliente, acompañado de helado de vainilla. Esta combinación es realmente deliciosa.
Este pastel es un estupenda forma de tomar algún dulce de una forma equilibrada y saludable. Es ideal para un desayuno energético o una buena merienda.
Te voy a dar sugerencias para que modifiques unos ingredientes por otros, según tus preferencias. Lo imprescindible son: manzanas, copos de avena, harina integral, aceite de coco (evidentemente la receta original se hace con mantequilla), algún endulzante y canela. A partir de aquí, puedes añadir otros ingredientes y hacer tu propia versión. Hay muchas variantes y como siempre, te presento mi particular interpretación.
INGREDIENTES:
- 4 manzanas peladas y partidas en trozos medianos
- zumo de 1 limón grande
- 4 cucharadas de concentrado de manzana (o ágave, o azucar panela)
- 160 grs. de copos de avena finos
- 120 grs. de harina integral (de espelta, trigo sarraceno,…)
- 4 cucharadas de aceite de coco derretido
- 80 grs. de nueces un poco trituradas (o 50 grs. de almendra fileteada, o 50 grs. de avellanas también troceadas)
- 75 ml. bebida vegetal
- 1 huevo (o bien chia con agua)
- 1 cucharada de bicarbonato sódico
- 1 y 1/2 cucharadita de canela
- 1/2 cucharadita de cardamomo
PREPARACION:
Empieza preparando las manzanas: conforme las vas partiendo (yo hago cada cuarto de manzana en dos trozos), ves rociándolas con la mitad del zumo de limón (reserva la otra mitad del zumo para añadirlo más adelante). Pon las manzanas en un cazo y añade 1 cucharada sopera de concentrado de manzana (o 1 cucharada de sirope de ágape, o 1 cucharada de azúcar panela) y media cucharadita de canela. Déjalo a fuego bajo durante 15 minutos para hacer una suave compota.
Mientras tanto en un bol, mezcla bien los copos de avena, la harina, el aceite de coco, 3 cucharadas de concentrado de manzana (o el endulzante que prefieras), las nueces (o los frutos secos que elijas), la canela y el cardamomo. Una vez tengas esta mezcla, divídela en dos mitades: reserva en otro bol una parte para ponerla al final. Ahora es el momento de encender el horno a 200 grados. A una parte le añades el huevo batido (o las semillas de chía previamente remojadas en agua), la bebida vegetal (de almendra, avena, arroz, etc…) el bicarbonato y el resto del zumo de limón y lo mezclas bien. Ya podemos empezar a montar el crumble: en un molde redondo que sea desmontable, forra el interior con papel de horno y echa encima la última mitad de la mezcla que has preparado (la que lleva el bicarbonato). Cuando el horno esté listo, baja la temperatura a 190 grados y pon dentro el molde con esta primera capa de masa durante 5-6 minutos. (este paso lo puedes suprimir si quieres, pero a mí me gusta poner siempre las masas en el horno unos minutos solas, antes de poner más cosas por encima, para asegurarme que se cuecen bien por dentro). Pasados estos minutos, ya puedes terminar de montar el pastel: sácalo el molde del horno y añade las manzanas repartiéndolas de forma homogénea y sobre ellas incorpora la otra mitad de la mezcla que reservaste al principio. Ahora solo te queda volver a ponerlo en el horno durante 25-30 minutos. (transcurridos los primeros 15 minutos, yo suelo bajar el horno hasta los 180 grados)
Recuerda servirlo caliente o templado. Estará riquísimo. Y si le añades un poco de helado de vainilla, el resultado será sublime.
Que aproveche!!!!!

Que buena pinta tiene…ummm!!!!
Gracias Javi!!!!. Pues mira que las fotos no me salen tan bien como las recetas. Anímate a cocinar algo del blog. Un abrazo.